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Yo reseño: La sangre que mató tu sonrisa, de Carlos Sanrune

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Autor: Carlos Sanrune
ISBN: 978-84-943115-8-1
Formato: 23 x 15 cm
Nº de páginas: 262
Peso: 375 gr
Encuadernación: Rústica
Fecha de lanzamiento: Diciembre 2015
Precio: 15 Euros

Sinopsis:

Con el trasfondo de la segunda República y de la guerra civil española, en un Madrid convertido en el escenario principal de la tragedia que vive el país, se desarrolla la historia de Ángel y Manuel, dos muchachos pertenecientes a clases sociales opuestas a los que el destino ha unido desde niños mediante una relación de intensa amistad, que evolucionará con los años hasta convertirse en otra que deben mantener oculta a los ojos de los demás. Zoilo, por su parte, es otro muchacho llegado a la capital huyendo de la represión y del hambre imperante en el campo extremeño, miembro de una familia de jornaleros represaliada por una Guardia Civil al exclusivo servicio de los terratenientes, que no olvida sus raíces e intenta luchar, en aquellos años convulsos donde los oprimidos llegaron a creer que podrían ser dueños de su destino, por un mundo más justo. La vida de Zoilo se cruzará con las de Ángel y Manuel, al tiempo que se fragua la peor de las tragedias, provocada por aquellos que no quieren perder sus privilegios, lo que conllevará que cada uno de los muchachos adopte posiciones diferentes ante el conflicto, reflejo de las que enfrentan a los españoles durante aquellos años.

En un Madrid cruelmente bombardeado noche tras noche, donde el hambre, la destrucción, el miedo y el frío del invierno es lo único tangible, nacerá, como esas plantas que son capaces de crecer entre las piedras, una poderosa historia de amor entre dos de los muchachos, los cuales intentarán sobrevivir en medio de la barbarie y de la incomprensión social, que rechaza –desde todas las ideologías– la relación que a ellos une.

Crónica de un amor apasionado, es también la de los años más aciagos de la reciente historia española, los cuales no concluirán con el fin de la guerra, sino que se prolongarán para los perdedores durante mucho tiempo, aunque no conseguiría matar los sentimientos.






Si hubiera tenido el tiempo, habría terminado esta novela en un solo día. Tuve que repartir su lectura a lo largo de toda una semana; sufría cuando tenía que dejar de leer y me alegraba cuando podía retomarlo. 
En las primeras páginas conocemos a Paca, una mujer trabajadora humilde que pasa sus días lavando y planchando ropa ajena en las casas de las señoras pudientes de Madrid. Paca debe hacerse cargo de su familia cuando su marido enferma, y cuando doña Concepción Ormazábal le ofrece dinero a cambio de que amamante a Ángel, su hijo recién nacido, Paca acepta la oferta con la condición de que dejará la labor si su leche no alcanza también para Manuel, su propio hijo recién nacido. 

Así, ambos niños, hermanos de leche, crecen juntos a pesar de las marcadas diferencias sociales que los separan y van creando poco a poco un lazo que va más allá de la amistad. Ya en la adolescencia,  descubren que están enamorados, un amor que viven en secreto en un sótano polvoriento cada vez que se les presenta la oportunidad.

Pero las diferencias sociales siguen allí, más evidentes que nunca, ya que Manuel a sus once años debe trabajar en un colmado para ayudar a su madre, mientras que Ángel tiene la posibilidad de seguir estudiando. Y cuando comienzan a vislumbrarse las primeras señales de la guerra que se avecina, Ángel toma partido por su clase mientras que Manuel, como su madre, permanece en esa neutralidad desinteresada de quienes creen que las cosas jamás podrán cambiar para ellos, para los pobres. Esto se ve claramente en las decisiones que planean tomar respecto de su vida amorosa: Ángel sabe que tendrá que contraer matrimonio; Manuel no tiene ninguna obligación con nadie más que sí mismo. Tímido y de carácter dócil, sabe que no se traicionará a sí ni a ninguna mujer en busca de una felicidad que no alcanzará o de una apariencia que no necesitará mantener.

Implacablemente, estas diferencias le pasan factura a su relación. 

Y entoces aparece Zoilo, un muchacho extremeño nacido en Badajoz, hijo de un jornalero combativo que murió fusilado por la Guardia Civil. Zoilo llega Madrid para escapar de su pueblo; del hambre, de la violencia, de la explotación. Zoilo es comunista; tiene un espíritu revolucionario, rebelde, y tardamos poco en darnos cuenta de que es ese tipo de personas que llevan sus ideales hasta las últimas consecuencias. Sí, quedé fascinada con Zoilo, con su personalidad achispada, con su inquebrantanbilidad. 

Pasar las páginas de La sangre que mató tu sonrisa, de Carlos Sanrune, es como estar allí, en la buhardilla donde vive Manuel junto a su madre y su hermana, oyendo los bombardeos; sentimos la tristeza y la desesperación de Isabel, la novia de Zoilo, al darse cuenta de que no está perdiendo a su amado porque jamás fue suyo; observamos a las multitudes corriendo hacia los refugios, percibimos el hedor de sus cadáveres en las calles. Es como sumergirse en una película de la que nos entristece sospechar el inexorable final.

Lo que más me gustó de la novela, aparte de todo lo que ya mencioné, fue el narrador. Es un narrador que no permanece neutro, como Manuel, toma postura por la izquierda y en ocasiones lo hace desde un sarcasmo a veces sutil, a veces no tanto.

Mientras Madrid sangraba, la jerarquía de la iglesia católica calificaba aquella guerra injusta de “Cruzada”, de guerra santa, y el papa Pio XI, en Roma, bendecía a los aviones fascistas de Mussolini antes de que volaran hasta España para bombardear a aquellos hombres y mujeres que no querían doblegarse ante la bota militar de los poderosos.

Entre toda aquella sangre, el amor de Zoilo y Manuel será como un oasis que por un momento les hará olvidar lo que ocurre a su alrededor. Solo entre las sábanas de una cama alquilada podrán ser ellos mismos. Porque Zoilo ha reflexionado acerca del tema: los homosexuales no son bienvenidos ni por la derecha (obviamente y hasta el día de hoy), ni por la izquierda. Ese odio compartido lo llena de pesar.

¿Era posible que tanto las ideologías reaccionarias, como el fascismo o la de la iglesia católica, compartiesen aquella aversión al diferente con otras que buscaban la liberación de los hombres, como el comunismo o el anarquismo? ¿Era posible que el rechazo fuese tan universal para aquel género de amor, aquel que él sentía por Manuel y que era, estaba seguro, el más puro que alguien podía sentir? Se preguntaba aquello entristecido y confuso, incapaz de encontrar respuesta. Entonces recordaba lo que decía Manuel al respecto, aquello de que llegaría un momento en que el ser humano, cuando evolucionase, aceptaría la diferencia de los otros, incluso en aquel terreno.

Ojalá Zoilo hubiera vivido en estos tiempos, me decía mientras leía esos párrafos. Lo imagino en la contramarcha de la Marcha del Orgullo de Buenos Aires (no conozco la de Madrid), llevando alguna bandera del Partido Obrero. O tal vez en su casa, porque quizá pensaría que la Marcha se volvió muy kirchnerista. Entonces recordaba que estaba leyendo una novela, sonreía, me secaba las lágrimas y seguía leyendo. 


Muchas gracias a la editorial Amistades Particulares por el ejemplar

Mis ebooks en Smashwords y Amazon

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Hace unos días me tomé un tiempito para subir mis libros a Smashwords y a Amazon. 

En Smashwords van a encontrar todos los libros que tengo gratuitos, mientras que en Amazon van a encontrar estos libros a 1 dólar. El motivo de esto último es que no se puede colocar libros en Amazon gratis de forma permanente, solo por tiempos muy limitados. Pero conociéndolos a los de Amazon, lo más probable es que se den cuenta de que están gratis en otros sitios y los pongan gratuitos. Ese es mi objetivo. Mientras tanto, el precio de un dólar es simbólico. 

No tengo plataforma favorita, aunque Smashwords ofrece visibilización en otras tiendas y eso está genial. Sin embargo, es más para libros en inglés y no tiene mucha "inteligencia".

Aunque no es una plataforma muy popular (su interfaz es demasiado básica), me gusta vender por Payhip porque se quedan con un porcentaje muy pequeño de las regalías y el dinero se deposita directamente en la cuenta Paypal (Payhip es de Paypal). Así que los libros digitales que decida vender de forma independiente (o sea, no publicados por editoriales), los pondré a la venta por los tres medios principales, sí, pero con la salvedad de que decirles que prefiero que los compren por Payhip (es la única plataforma con la que he recibido ganancias que valen la pena). Seguramente ofrezca un obsequio a quienes compren x libro por Payhip, como motivación y agradecimiento ;)



Tres de los cuentos que tengo gratis en Smashwords :D

Si tienen cuenta allí, pueden seguirme y suscribirse a mis nuevos libros acá

Yo reseño: Crónica de la noche, de Colm Tóibín

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ISBN: 9788495908155
Nº de páginas: 328 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Emecé


Sinopsis:
Argentina. Richard Garay se ve obligado a reprimir su sexualidad ante la sociedad y ante su madre, una inglesa que odia esa tierra. Mientras tanto, Richard atraviesa como en un sueño la dolorosa historia de un país que apenas puede recuperarse de sus reiteradas heridas causadas por la guerra contra la Gran Bretaña, los juicios contra los militares, la corrupción, hasta que el amor y la tragedia se instalan definitivamente en su vida. 

 
Encontré este libro de pura casualidad en una librería de saldos de Corrientes. Soy una asidua visitante de las librería de saldos del centro de CABA: muchos de los  libros que hay en ellas son libros que no se publicaron acá. Hay bastante cosa que no vale la pena (al menos para mí, claro) porque son ficción comercial que no se vendió bien en España (las sobras, digamos; hay montones de novelitas de vampiros que llegaron tarde a la fiesta). Pero a veces se encuentran joyitas como esta y como otras más que tengo en mi biblioteca de literatura LGBTI (¡que cada vez se agranda más!). 

Si bien es un libro ambientado en Argentina, es una traducción del inglés: el autor es irlandés. Muy curioso eso de traducir una novela al español rioplatense, creo yo. Afortunadamente, es una buena traducción y más que alguna cosita (pito para referirse al pene; palabra que me parece ridículamente infantil), el traductor es invisible. 

Nuestro narrador protagonista es Richard Garay, un joven argentino de madre inglesa. Esa señora, de quien nunca sabemos el nombre, llegó de joven al país y nunca pudo ni quiso sentirse argentina. Secretaria, contrajo matrimonio con su jefe y de mayores tuvieron un solo hijo, Richard, a quien ella siempre se dirige en inglés hasta el punto de que el chico es bilingüe. 

El padre de Richard muere cuando él tiene doce años y cuando esto sucede, ambos se quedan sin un centavo. La familia paterna no es de mucha ayuda, ya que desprecian los aires de realeza inglesa de la mujer. Lo mismo ocurre, sorpresivamente, con la familia materna. Matilda, tía de Richard y hermana de su madre, los aloja en su humilde casa de campo, pero abandonan el lugar cuando intentan hacerla trabajar de sirvienta en la casa de un terrateniente. Sin un centavo, la pequeña familia vuelve a Buenos Aires.

Richard sabe desde pequeño que es homosexual y ya de adolescente suele buscar sexo por las calles. Se enamora de Jorge, uno de sus alumnos particulares de inglés e hijo de un millonario con aspiraciones políticas, con quien viaja a Barcelona de vacaciones. A pesar de lo que dice la sinopsis, Richard sí le cuenta a su madre que es gay y ella, si bien el asunto no le termina de agradar, lo acepta con resignación.

La narración es muy, muy íntima. Richard no tiene ningún reparo en contar que es un mal estudiante de inglés a pesar de ser bilingüe, que sus jefes quieren deshacerse de él, que se siente aliviado cuando su madre muere. Y lo rodea cierto halo de mediocridad, esa mediocridad del hombre común que no hace nada interesante ni valioso con su vida; ese hombre que no advierte lo que está sucediendo en el país, cuya vida transcurre de forma monótona, y que celebra la Guerra de Malvinas en la Plaza de Mayo (una guerra distractora maquinada por una junta militar asesina). Además, un detalle: Richard fue criado por dos ancianos y eso se refleja en su personalidad tan poco vivaz, en la escasa emoción de su día a día.

La mediocridad no se termina cuando deja el trabajo que odia y comienza a tener dinero gracias a las influencias de Susan y Richard Ford, dos norteamericanos que buscan financiar la campaña política de algún candidato que quiera tener buenas relaciones con el imperio; perdón, con Estados Unidos. Richard sigue viviendo en el viejo depertamento sucio y despintado de siempre, su vida sigue siendo gris. Gana dinero mediante negocios turbios y es un activo colaborador en el hundimiento del país que tuvo lugar en los '90 gracias a las privatizaciones de... Méndez. No lo nombremos porque da mala suerte. Gracias.

La mediocridad de la vida de Richard termina, por fin, cuando comienza el primer romance de su vida... y tal vez, sospecha, el último. Pablo es joven, bello y, lo mejor de todo, le corresponde. Pero es el hermano de Jorge y está en el armario. 

¿El final? Puede parecer un final abierto, pero para mí no lo es. Podría ser más cerrado es cierto, pero sería como llover sobre mojado, en ambos sentidos.

Bien. Disfruté mucho la novela y por momentos sentí estar frente al personaje de Albert Camus, de El extranjero. Y es que Richard parece vivir fuera del mundo hasta que aparece Pablo; solo cuando llega Pablo la narración toma un poco de emoción, de sensibilidad. Parece que estuviéramos frente a otro Richard.

Recomiendo mucho esta novela. No estará entre mis favoritas, pero fue una lectura muy interesante.

¡Mi cielo al revés ya comenzó!

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Maximiliano está cansado de guardar secretos. Tiene bastantes, pero hay dos que últimamente le quitan el sueño. El primero: es gay y está enamorado de Tommy, el mejor amigo de su hermana. El segundo: no quiere ser abogado como su hermano, su padre y su abuelo.
Pero cuando alguien ya ha trazado el mapa de nuestra vida, ser libre es complicado. Tal vez Tommy pueda ayudarlo a alcanzar esa libertad que tanto anhela. Y quizá esa libertad esté mucho más cerca de lo que se imagina.
El cielo de Maxi es muy diferente del cielo de algunos chicos. Pero es su cielo y está dispuesto a alcanzarlo.
 

Esta es la sinopsis de Mi cielo al revés, una novela que comencé a publicar online hace dos semanas. Confieso que cuando la terminé no sabía qué título ponerle e intercambié bastantes whatsapps con Barby, la ilustradora, acerca del asunto. Por suerte, el título no tardó en llegar. ¡Un alivio! Y es que estaba más cerca de lo que pensaba: Maxi es un chico de buena posición y su abuelo, su padre y su hermano mayor son abogados; su hermano está casado con una bella muchacha y tiene un hijo. 

Maxi está estudiando Derecho, pero detesta la carrera. En realidad, hace un tiempo detesta todo lo que tiene que ver con su padre, quien es homofóbico y todo el tiempo hace chistes hirientes acerca de Tommy, el mejor amigo de Melody, la hermana menor de Maxi. 

Y sucede que Maxi está enamorado de Tommy y así comienza la novela: con una declaración de amor... y un rechazo.

Me preguntaron por qué sigo publicando novelas en Internet en vez de buscar editorial, ya que ya tengo varios libros publicados mediante editoriales. Bueno, por varios motivos. El primero, este año escribí mucho y necesito compartir algo de lo que escribí de esta forma, la más sencilla. El segundo, es una novela gay un poco comercial cuyos protagonistas son jóvenes, pero además tiene un poquito de erotismo. O sea, es un producto difícil de encajar. Es zarpado para ser literatura juvenil; es un poco comercial para algunas editoriales LGBT. El tercero, la verdad que es cansador buscar editorial y en estos momentos no tengo ganas. 

Volviendo. Estoy publicando los capítulos semanalmente, todos los lunes, y lo estoy haciendo en Wattpad, Amor Yaoi y Slasheaven. Quería solo publicar en Wattpad porque es la única que me permite subir imágenes, pero la nostalgia me pudo :)




Estos nenes que ven acá arriba son los protagonistas, Tomás y Maximiliano. Las escenas más importantes van a estar ilustradas por Bárbara Schniepp, quien está haciendo un trabajo di-vi-no!

Bueno, sin más, están súper invitados a pasarse por la novela. ¡Y agradezco mucho a quienes ya la están siguiendo!

Yo reseño: Jim en el espejo, Inger Edelfeldt

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Título: Jim en el espejo
Autora: Inger Edelfeldt
Editorial: Lóguez Ediciones
Nº Páginas: 186
ISBN: 9788485 334414

Sinopsis:
Jim en el espejo es la historia de un adolescente que, poco a poco, va descubriendo que él no es como los demás chicos. A los quince años se da cuenta de lo que pasa: las chicas le dejan indiferente. Pero es al conocer a Matt, cuando comienza el enfrentamiento con sus padres, con la sociedad. Jim comprende y asimila que el amor entre dos hombres no es algo despreciable, sucio.




 De los libros que compré por Bookdepository el mes pasado, este era el que más esperaba. Le tenía muchísimas ganas y creo que, hasta cierto punto, no me esperaba algo tan bueno porque las únicas dos reseñas que leí no le hacen tanta justicia (a mi parecer, claro).

Comencemos hablando de la edición, que es muy bonita. Si no les interesa el tema pueden saltearse esta parte ;) Las cubiertas están impresas en cartulina  a cuatro colores y tienen un laminado mate. El papel interior es un papel ecológico ahuesado de bastante calibre al punto de que hacen parecer la novela más larga de lo que es. La novela tiene 186 páginas foliadas, pero la cerraron en 192 (seis cuadernillos de 32 páginas cada uno, con cuatro páginas de cortesía al final). La encuadernación es rústica sin solapas y el pegado es binder.

Ahora, sí, hablemos de la novela en sí.

Jim tiene doce años cuando tiene que trasladarse junto a sus padres a la gran ciudad, que en este caso es Estocolmo. La novela comienza aproximadamente en el año 1969 (sí el año de Stonewall) y finaliza en el 1975; es un recorrido por la adolescencia de nuestro protagonista hasta su llegada a la adultez.

En la escuela, Jim no lo pasa bien. No entiende por qué sus compañeros se la agarran con él, por qué lo molestan, por qué lo empujan contra el barro y le estropean su abrigo nuevo. Piensa que es porque tiene las mejores notas, porque es el mejor de la clase, porque es inteligente y los demás son tontos. Sus padres, lamentablemente, no son de mucha ayuda. Ulla-Britt, su mamá, lo sobreprotege demasiado (un afán incomprensible por controlarlo todo);  y su papá, Harald, piensa que hay que ser fuerte, macho, y superar todos los obstáculos que se nos ponen en el camino. Jamás acepta que a su hijo realmente le pasa algo y que solo nunca podrá salir adelante.

Así, Jim va encerrándose cada vez más en sí mismo, refugiándose en los libros, hasta que conoce a Uffe, un compañero de clase mayor que él. Uffe es todo un machito: habla de tetas, de motos, de cigarrillos, pero es, a pesar de todo, quien saca a Jim un poco de su burbuja. Jim, de alguna manera, admira esa rebosante masculinidad de Uffe porque es lo que él no será jamás. Sin embargo, al mismo tiempo lo desprecia:

—Ahora no he acertado con la llave, pero, pero cierto, que soy un as en acertar con el agujero —cloqueó Uffe, y su hembra suspiró cansada.
Qué ridículo es, pensé; ¿es realmente así como hay que ser?

La novela está narrada en primera persona por Jim, pero al comienzo de cada capítulo encontraremos unos breves párrafos en itálica: palabras de su madre que nos adelantan un poco lo que sucederá en el capítulo, visto desde su perspectiva. Así, nos enteramos bien rápido de que Ulla-Britt está sumergida en un matrimonio infeliz, ya que Harald, cuando no está trabajando, le es infiel con otras mujeres.

A los quince años, Jim por fin se da cuenta de que es homosexual y llama a su orientación sexual su secreto corazón

Más o menos a los 16 o 17 años, Jim por fin encuentra un grupo de compañeros inteligentes y estudiosos con quienes hablar de filosofía, política y con quienes pasar el rato. Y en una fiesta de uno de ellos conoce a Mats, un muchacho un par de años mayor de aspecto un poco estrafalario, teatral y medio geek, que lo seduce casi con descaro y lo lleva a su casa.

Mats es totalmente adorable. Se da cuenta de lo que le pasa a Jim, no lo presiona, lo apoya... y cambia su vida totalmente. Jim por fin descubre el amor, el tacto de otra persona, los besos, el sexo. Comprende que ser gay es normal, que son los demás quienes deben cambiar, no él. Lentamente, Jim se contagia del sarcarmo de Mats, así como todas las personas, después de cierto tiempo, nos contagiamos alguna cosita de nuestra pareja:

Porque dos hombres no pueden amarse. Sobre todo, dos hombres no hacen el amor. Es curioso que uno pueda quedarse dormido como un lirón, con un sueño profundo y armonioso, después de una experiencia tan vergonzante. Es curioso que uno no se deshaga después, pálido y ojeroso, y marcado para siempre por sus perversiones, sino que se ría, hable y viva como una persona normal. Pero lo más extraño de todo es que uno tenga incluso la osadía de ser feliz.

Porque por fin Jim, después de tanto sufrimiento, es feliz. 

Al principio de la novela, cuando Jim atraviesa una fuerte depresión, dice que se siente irreal. Siente que no existe y que tiene miedo de desaparecer. Esto lo interpreté de la siguiente forma: como todo a su alrededor es heterosexual y él se siente tan diferente, no se ve reflejado en nadie. No se identifica con nadie. Y como nadie es gay a su alrededor (no abiertamente), Jim siente que él mismo no existe. Y que no tiene derecho a existir. 

De eso se trata la novela: de la búsqueda de la propia identidad; es un perfecto bildungsroman. Jim no quiere ser un hombre machista e infiel como su padre, no quiere condenarse a la mediocridad. No quiere casarse con una mujer y ser infeliz por siempre. No quiere ser lo que los demás esperan que sea: hacer el servicio militar, estudiar en la universidad una carrera respetable. Pasó tanto tiempo complaciendo a sus padres que ya está harto. Quiere verse en el espejo y verse a sí mismo, no a otro. Y Mats lo ayuda a alcanzar esa libertad. 

Pues bien. La novela me encantó, como podrán apreciar :) Y es que es escalofriante (y triste) como una novela que tiene casi cuarenta años que trata sobre la homosexualidad sigue tan vigente en nuestros días. Les aseguro que al principio me costó situarla temporalmente y pensé que estaba ambientada en los 90 solamente porque no se mencionan computadoras ni celulares.

Lo más vigente de la novela, más que la homofobia en sí, es el machismo dentro de la homofobia. El hecho de que todos le den el visto bueno a las infidelidades de Harald, mientras que Jim mantenga una relación amorosa y monógama con un hombre es algo terrible. Parece que la homosexualidad solo fuera aceptada cuando se oculta. 

Pero mi amor tiene que ser defendido y explicado; uno se siente como una cebra que continuamente tiene que explicar por qué tiene rayas. ¿Por qué acabaste así? ¿Por qué os fuísteis a vivir juntos? ¿Por qué sois tan felices? ¿Por qué tenéis tiestos en las ventanas como la gente normal?

Me declaro fan de esta novela. Me interesa tanto todo lo que tiene que ver con ella: quisiera saber cómo fue su publicación, si a la autora le costó encontrar editorial (¡Inger Edelfeldt tendría 21 años cuando la publicó!), cómo la recibió el público en su momento, a cuántos idiomas fue traducida, a cuántos países llegó... En fin. Que si supiera sueco, lo usaría de tema de monografía para el seminario de LIJ que estoy haciendo.
 
De más está decir que súper recomiendo esta novela. Lamentablemente en Argentina solo está disponible comprándolo por Internet. ¿Les llama la atención?

Leé un cuento: Broken

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A todo el que me pregunta cómo conseguí el empleo, le cuento que fue Christian quien me eligió. Nos observó bailar a todos los aspirantes; no sé desde dónde, pero lo hizo. Cuando terminó el casting apareció en el salón solo vestido con unos pantalones de deporte y nos estrechó la mano uno por uno. Casi me muero. Me temblaban los dedos y él se dio cuenta. Sonrió divertido y aprecié que no retocaban sus labios en las fotos: eran redondeados, bien perfilados, y el labio inferior era levemente más grueso. Sus pestañas largas, negras, parpadeaban con coquetería a medida que iba pasando de mano en mano; todos estábamos fascinados, boquiabiertos con su repentina e inesperada presencia.
Ninguno se animó a pedirle un autógrafo. No me lavaré la mano nunca más, pensé al salir de la productora. Tuve que hacerlo, claro.
Tres días más tarde, me llamaron a la pequeña habitación que alquilaba y me dieron la noticia de que ya era uno de los bailarines principales de Christian Slava.
A los medios les gusta el escándalo, de eso se alimentan. Decían que Chris tenía aires de diva, que maltrataba a sus bailarines, que no quería subirse al elevador con los demás huéspedes de los hoteles. Es mentira. Chris era amable, humilde y siempre lo rodeaba cierto halo de inocencia que me hacía preguntarme cómo había llegado a ser quien era.
Luego de un año, la respuesta ya estaba clara para mí: su madre. Manipuladora, siempre oculta detrás de una sonrisa falsa, de una máscara de maquillaje caro. Chris la amaba, pero al mismo tiempo le tenía miedo. A veces, cuando terminaba un show, me preguntaba si Chris cantaba (fingía cantar, dado el caso) y bailaba para complacer a su madre.
La primera vez que pasé la noche con él, comencé a percatarme de la complejidad del ser humano. Chris era carismático y desenvuelto, y cuando me acercaba a él arriba del escenario me tomaba de la cintura con las dos manos para levantarme en el aire. No dejaba de mirarme en ningún momento.
Creo que malinterpreté sus gestos, pero ¿acaso importa? Ya me había enamorado de él.
Aquella noche, toqué su puerta y cuando me abrió me miró como si no supiera qué estaba haciendo allí. Tonto de mí, pensaba que me estaría esperando.
—¿Necesitas algo, Dave?
Me mordí el labio. Estaba poniendo en juego mi carrera, mi trabajo, el dinero que les enviaba a mis padres para pagar la hipoteca de su vieja casa…
—A ti.
Se rascó la nuca, le echó una mirada al pasillo y me hizo pasar.
Tan, tan tímido. Chris se comportó casi como un niño. Yo esperaba una fiera sexual y, en cambio, me tocó llevar las riendas. Se comportó como si en verdad no entendiera lo que estábamos haciendo. Ni siquiera tenía condones.
Cuando acabé comprendí que, diablos, en verdad estaba enamorado. Porque el encuentro sexual había sido patético, ¡pero yo estaba tan feliz!
Chris sí podía cantar en vivo. Pero es complicado hacer windmill y luego afinar así como si nada, como si tuvieras dos pares de pulmones.
—Cántame —le pedí una noche, después de hacer el amor. Creo que estábamos en Tokio. O tal vez en Shangai, no me acuerdo.  
Se sentó en la cama con las piernas cruzadas… y pensaba que me cantaría alguna de sus canciones, pero me cantó una nana para dormir. Tomábamos agua mineral (él nunca bebía durante las giras) y la enorme cama estaba llena de envoltorios de galletas de la fortuna. Sí, creo que era Tokio. U Osaka.
—¿Te gustaría tener hijos algún día? —le pregunté.
Me miró como si le hubiera preguntado la masa de Júpiter y supe que había hablado de más. Luego bajó la cabeza, abrió otra galleta y se la llevó a la boca.
—¿Crees que si salgo del armario… podré… qué sé yo… casarme y tener una familia?
Quería mi opinión. O tal vez solo quería que le dijera que sí. Así que eso hice. Sonrió y miró hacia arriba y supe que estaba imaginando algo, y deseé con todas mis fuerzas saber si yo estaba en esos sueños o si solo era un bailarín con el que se acostaba para sacarse las ganas durante las giras. Un tipo que podría reemplazar con cualquier otro que estuviera dispuesto a hacer siempre de activo.
Sabía que tomaba medicamentos, pero a todos les decía que eran vitaminas. Yo, en el fondo, quería creer eso. Jamás le pregunté nada.
Pero quiero dejar claro que nunca lo vi consumir drogas. ¡Ni siquiera bebía alcohol! Una copa de vino en ocasiones que se tragaba en sorbitos cortos, como si fuera un menor de edad al que una noche le dan permiso para beber.
No sé cuándo comprendí que Chris estaba roto por dentro. Quizá cuando me di cuenta de que tenía pesadillas por las noches o cuando irrumpía en su suite para hacer el amor y lo encontraba tan ido que me conformaba con abrazarlo y cuidarlo de sus malos sueños.
—Escucha, escribí algo —me dijo una noche en Europa (Londres, tal vez)—. Se llama Broken.
Me senté frente a él en la cama y me leyó:

Ya no me avergüenzo de lo que he soñado.
Gracias a ti, hoy puedo cantar en colores.
Veo el abismo y ya no me devuelve la mirada.
El abismo me ha enseñado a volar

Porque he descubierto
que puedo ser feliz,
que mi caja de Pandora
siempre estuvo abierta.

Ya no me avergüenzo de lo que siento
porque sé que vendrás conmigo
cuando el mundo se derrumbe.
El abismo tiene tus ojos
y tus ojos me han enseñado a amar.

—Aún no está terminada —susurró dejando el papel en la mesita de luz. Estaba completamente sonrojado porque sabía que había comprendido. Esa canción hablaba de mí.
Hicimos el amor suave, sin prisas y cuando acabamos quise asegurarle que sí, que estaría con él cuando el mundo se derrumbara.
Ahora creo que su mundo ya estaba derrumbado y que todas aquellas noches dormimos entre los escombros.
Lo encontré muerto. Etiquetaron su muerte como accidente, pero yo sé que fue un suicidio. Porque él, como ya he dicho, no bebía alcohol. Me preguntaron qué hacía en su habitación a esas horas (tuvieron que traducirme, porque no sé español) y dije la verdad: que éramos amantes hacía años. ¿Cuánto tiempo? Desde antes de que la prensa comenzara a maltratarlo hablando mal de él, de su estado físico, de que ya no bailaba como antes, de que nunca cantaba en vivo. Desde antes que se supiera que, en cuanto su madre advirtió que aquel niño tenía talento, lo puso a fabricar billetes.
Día y noche me pregunto por qué nunca habló conmigo de lo que sentía.
Los medios son crueles y no les importa hacer daño. Solo quieren dinero y más dinero. Tuve que mudarme para que dejaran de acosarme. No me dejaron en paz por años. Nadie se olvida de Christian Slava. Y yo menos. A veces pienso que hay personas que valen más dinero muertas que vivas. Y que su madre lo sospechaba y que ahora debe estar segura. Las discográficas inventan discos póstumos, proyectan su figura en hologramas, lanzan nuevos videos musicales.
Hasta han escrito un maldito libro protagonizado por él y yo, donde en vez de ser Christian y David somos Krishter y Darius. Donde en vez de ser un cantante y un bailarín, somos un príncipe y su esclavo y vivimos en mundo de fantasía con duendes, hadas y unicornios en el que dos hombres pueden casarse. Me dijeron que iniciara acciones legales por difamación, pero no lo haré.
Es una historia bonita. Soy un prisionero de guerra y Chris, perdón, Krishter, me espía una noche mientras bailo junto a los demás esclavos. Me toma como esclavo personal y todas las noches me pide que baile para él. Hay escenas eróticas bastante explícitas, todas equivocadas, tristemente. Chris siempre prefirió ser pasivo y Krishter es un hombre tierno, pero dominante.
Creo que a Chris le hubiera gustado la dichosa novelita.
Y ahora, mientras la leo por quinta vez y me imagino que vivo en mundo de fantasía con duendes, hadas y unicornios en el que dos hombres pueden casarse, tengo más y más ganas de seguirlo al abismo.
Porque mi mundo está derrumbado y nadie ha conseguido levantarlo de nuevo.

Yo reseño: Mi primer amor, de Brane Mocetič, ilustrado por Maja Kastelic

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Título: Mi primer amor
Autor: Brane Mocetič, ilustrado por Maja Kastelic
Formato: rústica
Páginas: 48
Editor: Edicions Bellaterra
ISBN 9788472907538

Cuando tenía 6 años, tuve un gran amigo en el parvulario. Estábamos siempre juntos, en el patio, en el comedor, y cuando íbamos de excursión formábamos pareja. 
Pero eso a las maestras no les gustó y nos separaron. Y nos hicieron sentir que nuestras emociones no eran correctas.
Cuando me hice mayor, entendí que no tenían derecho a hacernos eso. 




Compré este libro por Bookdepository, porque fue publicado en España. Tampoco está en inglés y me parece que ni siquiera está en esloveno, el idioma nativo del autor y la ilustradora.

Comencemos por la edición. Es un libro sencillo, pero cuidado en su sencillez. Las cubiertas son de papel ilustración a cuatro tintas con un laminado mate y los interiores también son de papel ilustración a cuatro tintas, pero de un calibre menor. Si bien la tripa está pegada al lomo, los cuadernillos (4 de 12 páginas cada uno) están cosidos entre sí.

Vamos con la historia en sí. 

Es un cuento muy sencillo y corto. Nuestro protagonista, que no tiene nombre, se muda del campo a la ciudad con su madre y, como ella tiene que trabajar, lo manda al jardín de infantes. Allí conoce a un chico llamado Francisco al que le gusta meterse en peleas y que lo defiende cuando los otros niños se meten con él. El protagonista es caracterizado como un niño solitario, algo triste, tímido. Mientras que Fran es más avispado y valiente. 




Y como dice la sinopsis, la amistad entre estos dos niños llama la atención de las maestras. Los separan, los censuran, les hacen sentir que hay algo mal con ellos.



Después de varias lecturas, la semana pasada se lo mostré a una de las profes del seminario de literatura infantil que estoy haciendo. Ella lo leyó en un par de minutos y me preguntó: ¿qué te pareció? Habría dicho "es hermoso, me encantó", pero no pude hacerlo porque 1) estaba frente a una autoridad en el tema y habría sido una respuesta muy banal y 2) habría mentido. Mirándolo fríamente, me pregunto qué público tenía el autor en mente cuando lo escribió; el público que tuvo en mente la editorial. Porque es un cuento que deja la homosexualidad o el cariño entre estos niños como algo negativo. Se da la censura de parte de las autoridades escolares, esa especie de castración, si se quiere, y no hay lugar para la rebeldía ni siquiera en su expresión más inocente. 

Es decir, el conflicto no se resuelve.

De hecho, si prestan atención en la sinopsis, hay un intento de resolver este asunto desde una intervención paratextual; el último párrafo de la  sinopsis dice "cuando me hice mayor, entendí que no tenían derecho a hacernos eso". Bueno, esto no existe en la historia: el cuento termina antes de que el protagonista se haga mayor. La palabra derecho es una palabra muy fuerte, cosa que me hace pensar que este libro sería más útil para los adultos.

Por otro lado, no hay mucha sinergia, digamos, entre imágenes y texto. Dicen lo mismo, no se aportan nada entre sí, el libro podría funcionar solo con las imágenes. Habría que ver si fue decisión editorial.

Dejando eso, destaco que es el primer libro infantil que hallo que retrata una relación de cariño/amor entre dos niños (los únicos que conozco son los publicados por mí en Bajo el arcoíris). El 99% de la literatura infantil LGBTI trata de familias homoparentales o de la identidad en un sentido más personal que en relación con esa persona especial. Creo que lo valioso de esta obra reside en eso: que viene a romper con "el catálogo" en que el resto de la literatura infantil LGBTI (sin querer, porque tienen que existir libros de familiar homoparentales) pone la homosexualidad como "algo de adultos".

Adonde va lo que desaparece, en preventa desde el 30 de noviembre

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Adonde va lo que desaparece es una novela corta que escribí a principio de año. Está narrada en primera persona por Javier, un muchacho humilde que vive en una pensión junto a su padre y su hermanita menor. Javier trabaja en una pizerría y, si bien es gay y está bastante asumido, no les presta atención a los chicos porque tiene otras cosas en la cabeza. Sus principales preocupaciones son la situación económica de la familia, muy precaria, y el futuro de su hermanita. Pero gracias a ella conoce una tarde a Luciano, un chico que da clases de danza jazz en un centro cultural del barrio. Y allí comienza el amor o, mejor dicho, el sexo. El amor se da más tarde. 

Adonde es una novela romántica con bastante erotismo; lo más smexy que escribí en el año, porque últimamente me estoy dedicando a la literatura juvenil. Es una historia sencilla, sin grandes eventos; está contada con esos momentos cotidianos de los que están hechas nuestras vidas. El tema principal es el amor: tanto el que está presente como el que está ausente; el amor de pareja, el amor de la familia.

Bueno, les cuento cómo podrán conseguirla :)

En primer lugar, para quienes quieran ver qué onda, habrá un fragmento gratuito tanto en Wattpad como en PDF. Luego, la preventa comenzará el próximo miércoles 30 de noviembre. Esta se realizará vía Paypal (directamente a mí) y Payhip (a través de mi tienda online). Todas las copias de la preventa estarán firmadas y dedicadas (sí, a mano y escaneadas!), y se entregarán vía mail el 15 de diciembre, cuando comienza la venta en las demás plataformas. Luego del 15 podrán pedirme copias firmadas y dedicadas, claro, pero también solo se podrán comprar via Paypal y Payhip. El libro también estará a la venta en Amazon y Smashwords.




Nombre: Adonde va lo que desaparece
Con ilustraciones de Karla Terry
Formato: PDF, ePUB y MOBI
Imagen de portada:© Migfoto | Dreamstime.com
Diseño de portada: Sofía Olguín
Precio: 3,99 USD

Sinopsis:
Javier tiene veinte años y vive con su padre y su hermana en una humilde pensión de Flores. Por las noches trabaja en una pizzería por la que se pasean vendedores ambulantes de bolsillos escuálidos, travestis muy maquilladas, turistas incautos y, de vez en cuando, una extraña mujer que intenta venderle objetos usados.
Si bien ya no está en el armario, Javier no les presta mucha atención a los chicos. Sin embargo, una tarde en el centro cultural del barrio, conoce a Luciano, un joven profesor de danza que lo seduce sin ningún pudor. 


Y como pueden ver ¡habrá ilustraciones! Y hechas nada más ni nada menos que por Karla Terry, a quien estoy segura de que todos conocen o habrán visto a sus personajes más populares y adorables, Los homos del salón:



Bueno, entonces, resumiendo:

30 de noviembre: comienza la preventa vía Paypal y Payhip
15 de diciembre: se entregan las copias firmadas y dedicadas, comienza la venta en las demás plataformas.

¡Espero que se animen a leerla!


¡Gané el Nanowrimo 2016!

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Hoy me levanté temprano en este feriado para validar mi novela en la plataforma del Nanowrimo. Para quienes no lo sepan: el Nanowrimo es el National Novel Writing Month, una iniciativa originada en Canadá en la que escritores de todo el mundo intentan escribir 50.000 palabras en el mes de noviembre.

Tenía la idea de esta novela desde mitad de año, pero otras ideas más ligeras le quitaron protagonismo hasta que llegó octubre, cuando ya se estaba anunciano el nano de este año. Me dije ¿y por qué no? Ya tenía los apuntes necesarios para empezar.

Fue una tarea bastante intensa porque no tuve tiempo para planear nombres de ciudades y calles, por ejemplo. Así que en el boceto hay cosas como "caminaban por nombre de calle" que tengo que limpiar y editar en su momento.

Muchas felicidades a todxs lxs que se hayan embarcado en el Nano, hayan ganado o no. Es una experiencia muy interesante :)



La preventa de Adonde va lo que desaparece ya comenzó!

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Hoy comienza la preventa de Adonde va lo que desaparece, mi nueva novela romántica :) La preventa finaliza el 15 de diciembre y ese día entregaré todos los libros dedicados y firmados especialmente para cada persona. Y como ya saben, el libro tendrá ilustraciones de la famosa ilustradora mexicana Karla Terry ^_^


Nombre: Adonde va lo que desaparece
Con ilustraciones de Karla Terry
Formato: PDF, ePUB y MOBI
Imagen de portada:© Migfoto | Dreamstime.com
Precio: 2,99 USD

Sinopsis:
Javier tiene veinte años y vive con su padre y su hermana en una humilde pensión de Flores. Por las noches trabaja en una pizzería por la que se pasean vendedores ambulantes de bolsillos escuálidos, travestis muy maquilladas, turistas incautos y, de vez en cuando, una extraña mujer que intenta venderle objetos usados.
Si bien ya no está en el armario, Javier no les presta mucha atención a los chicos. Sin embargo, una tarde en el centro cultural del barrio, conoce a Luciano, un joven profesor de danza que lo seduce sin ningún pudor. 

Skam, serie noruega de temática gay

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Hace unos días descubrí esta serie gracias a unos videos de Youtube y fui muy feliz. Tenía ganas de ver algo bien juvenil. En realidad, Skam (vergüenza en noruego) tiene tres temporadas y esta es la tercera. Por lo que entendí, pueden verse de forma independiente. Los chicos que ven en la imagen se llaman Even (el de la capucha) e Isak y son los protagonistas.

Isak va a segundo año del secundario. Comparte departamento con otros dos chicos: Eskild, un chico gay; y una chica cuyo nombre no recuerdo (no aparece mucho). Tiene un grupo de amigos de los que poco a poco se va sintiendo más lejos: todos son heterosexuales, hablan de chicas y él se siente diferente. Isak está descubriendo que es homosexual y aún está en el armario. Es un chico algo callado, que tiene problemas familiares y suele ser bastante introvertido.

Even está en último año y es quien al principio se acerca a Isak al notar que este lo mira. Even es más lanzado que Isak, digamos. Le tira sonrisitas todo el tiempo y parece tener toda la seguridad que le falta a Isak para llevar la relación adelante. Parece.



Esta escena es hermosa. La luz, el encuadre, los colores, ellos, todo ❤ 

Si son de mi generación, notarán una leve familiaridad con Skins. Si son del 2000 para adelante no deben tener idea de lo que hablo, jaja. Skins es un clásico juvenil, made in England, y a mi parecer marcó un antes y un después en las temáticas que se están tocando en las series de TV de todo el mundo, sobre todo en lo relacionado con la sexualidad. 
Buen, no voy a contarles más de la serie. Pueden verla acá de forma legal, ya que el canal sube los episodios en streaming de forma gratuita. Lo malo: solo está subtitulada en inglés, pero es perfecta para quienes quieran practicar el idioma ;) Los episodios son cortitos (25 minutos), así que si el idioma les cuesta tampoco se van a saturar.


Yo reseño: El hermoso chillido de los cerdos, de Damon Galgut

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El hermoso chillido de los cerdos
Autor: Damon Galgut
ISBN: 978-84-945371-0-3
Páginas: 170
Formato: tapa blanda
Traducción: Mariana Jorge Lozano

Sinopsis:

Patrick Winter, un joven sudafricano, ha sido recientemente dispensado de servir en el ejército de su país a causa de su estado mental. Tras sufrir una experiencia traumática en la vecina África del Sudoeste,  regresa a Sudáfrica para enterarse de que su madre tiene un nuevo amante, esta vez un hombre negro poco mayor que él. Patrick inicia un largo camino de vuelta a África del Sudoeste, ahora Namibia, para visitar a Godfrey, el novio de su madre.

El telón de fondo lo proporciona el momento histórico que vive Namibia que, a punto de celebrar sus primeras elecciones libres, es reflejo de la liberación que Patrick busca alcanzar. El activismo político y el ambiente victorioso que vive el país, contrasta con su inmovilismo. Entrar en contacto con activistas de la SWAPO, el partido político que se presume vencedor en las elecciones, le hace plantearse qué tipo de hombre desea ser.

Esta experiencia será para él un viaje hacia su propio pasado, viaje en el que Patrick deberá enfrentarse a sus conflictos internos y comenzar a tomar decisiones por sí mismo, lejos de la protección de una madre con la que cada vez tiene menos en común. 





Imposible no comenzar a hablar de este libro sin dedicarle unas palabras a la editorial que lo ha publicado: Baphala Ediciones. Se trata de una editorial nueva que, según cuentan, comenzó a fraguarse en el año 2015 y que ha publicado su primer libro, este mismo, a finales del año pasado. La particularidad de Baphala Ediciones es que, si bien publican literatura LGTBQIA:

Traemos lo mejor de la literatura LGTBQIA poscolonial, principalmente de África y Asia, para descubrirte obras que de otro modo difícilmente serían publicadas en nuestro país.

Literatura poscolonial de África y Asia. No sé ustedes, pero yo estoy ansiosa por ver cómo se agranda su catálogo.

Ahora sí, vamos con la novela.


El hermoso chillido de los cerdos nos cuenta la historia de Patrick Winter, un joven sudafricano blanco que viaja junto a su madre, Ellen, desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) hasta Swakopmund (Namibia) para que ella se encuentre con su nuevo novio, Godfrey. Dos detalles: Godfrey es mucho más joven y es el primer hombre negro con el que ella mantiene una relación y el último de un larga lista de amantes, tanto hombres como mujeres; parte de una intensa y desaforada exploración (y autodestrucción) personal. 

Pero mientras Ellen intenta encontrarse a sí misma en amantes y drogas, Patrick se encuentra inmóvil e incluso más desorientado que ella.

La infancia y adolescencia de Patrick estuvieron marcadas por dos imponentes figuras masculinas: la de su padre, un hombre adinerado que gustaba salir de caza con frecuencia; y la de su hermano mayor, excelente jugador de rugby, que desbordaba virilidad. Patrick siempre se sintió diferente de ellos, relegado, dejado de lado. En ocasiones sin comprender por qué. Ya en el ejército, descubre que le ocurre lo mismo con sus compañeros de armas: no se siente parte de ellos, es pésimo jugando al rugby y, tal como le ocurrió en su infancia, es dejado de lado en las camaraderías de los demás hombres.

La novela está ambientada durante el apartheid, específicamente, en los días previos y el propia día de las elecciones de Namibia, que la abuela de Patrick se empecina en seguir llamando África del Sudoeste mientras su madre insiste: es Namibia.

Patrick, de alguna forma, se encuentra en busca de su identidad, de la misma forma que Namibia está luchando por la suya. A pesar de haber combatido en la guerra (del bando de Sudáfrica), no le ve ningún sentido, no la comprende, no cree en ella, no puede ser parte de su odio. Sin embargo, allí conocerá a Lappies, un joven fusilero que será su primer amor, aunque él (Patrick), lo descubra demasiado tarde, luego de ser dado de baja por motivos de salud mental.

Al principio, Patrick se muestra un poco reticente e incómodo con Godfrey, pero finalmente acaban forjando un vínculo que podría haber culminado en una amistad. Y es que Godfrey es un militante de la SWAPO (South-West African People's Organization; partido político de Namibia que luchó por la independencia), y mientras Ellen encuentra fastidiosa su militancia, Patrick comienza a "despertar" de su inmovilidad, de su sopor.

Hay una escena que me pareció terrible por su simbolismo casi obsceno: en la visita a la granja de la abuela materna, Patrick visita el cementerio de los negros. Allí no hay lápidas, ni placas. No hay nombres. Los muertos negros no tienen identidad. Seguí andando, (...) el cementerio real, el de los blancos. Era un jardín ordenado, delineado, resguardado discretamente por árboles. Abrí la puerta y entré, hacia la tumba de mi abuelo.

La novela está narrada en primera persona por Patrick y la narración es no lineal; vamos descubriendo el pasado del protagonista a medida que avanzamos por el desierto junto a él y su madre: la niña negra con la que tuvo su primer contacto sexual, las ausencias del padre, el chillido de los cerdos en el matadero. La narración es sencilla, pero profunda y elocuente, con escenas cargadas de metáforas: cerca del final, Godfrey les señala a Ellen y a Patrick a las personas que hacen fila para votar. Vuestro futuro, les dice. Quizá quiera decirles que, tal como ellas, deberán seguir luchando por encontrase a sí mismos.

Nos miramos el uno al otro. Aunque estaba inexpresivo, podía ver que se sentía mal. Se movió despacio, rígidamente, como si se hubiese roto un hueso en algún lugar.

‘Te veré,’ dijo finalmente.

‘Tal vez sí,’ dije, aunque ninguno de los dos lo creía.

Consiguió ofrecer una leve sonrisa. ‘Vendrás aquí a vivir, tal vez. Vivirás aquí en el exilio, hasta que Sudáfrica también sea libre.’

‘Hay otras formas de exilio,’ le dije, y solo después de que las palabras estuviesen fuera me di cuenta de cuán ciertas eran.


Yo reseño: Madre noche, de Rachel Pollack

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Título Original: Godmother Night
Traductor: María Pilar San Román
Diseño de Portada: José Llopis
Precio: 18,95 €
Tamaño: 23x16
Páginas: 384
ISBN: 978-84-15156-28-4


“Madre Noche” es una novela de fantasía centrada en la identidad personal, el amor y la muerte.
Jaqe no tiene identidad propia hasta que conoce a Laurie, hasta que descubre su verdadero nombre, proporcionado por Madre Noche. En ese momento Jaqe y Laurie se amarán sin medida, y junto con su hija Kate se convertirán en un todo, pero no podrán vivir como el resto del mundo.
Conocen la muerte que proporciona Madre Noche, y utilizarán ese conocimiento para negociar con ella, modificarla y cambiar el fino equilibrio entre vida y muerte en el mundo.

Rachel Pollack teje personajes memorablemente humanos; a través de la transposición de mitos y antiguo folclore a un entorno moderno, consigue dar nueva vida a los viejos cuentos, y profundidad a un mundo aparentemente simple.

El moderno cuento de hadas de Pollack es ingenioso y original, pero aquí el punto fuerte reside en los personajes, en el perfecto retrato de las relaciones de las mujeres entre ellas, lleno de resonancia y realismo. Esta es otra gran muestra de uno de los talentos más sensibles de la actualidad.
Publishers Weekly





Hace un par de meses que quería ponerme a leer este libro, pero como deseaba leerlo tranquila y sin interrupciones, no lo agarré hasta ahora. Y menos mal que lo hice así, porque cuando lo empecé a leer, no lo pude soltar. Como vi que se hizo una lectura conjunta de esta novela, leí un par de las reseñas que hicieron los lectores para no repetir lo mismo... Me encontré con cosas que me sorprendieron bastante y... realmente me sorprendí no encontrarme con otras.

Madre Noche está dividida en cuatro partes separadas temporalmente entre sí. La primera parte, llamada «La mujer sin nombre», cuenta cómo se conocieron las protagonistas, Laurie y Jaqe. Las muchachas fueron presentadas en un baile de la universidad por una extraña mujer que se hace llamar Madre Noche, un personaje misterioso y excéntrico, casi siempre acompañada por un grupo de bellas motoristas. Laurie pertenece a un grupo de militantes lesbianas, mientras que Jaqe aún está en su primer año y no tiene bien en claro su sexualidad. A partir de esa noche, las protagonistas comienzan su relación amorosa.

«El bebé en la piedra» es una parte coyuntural: Jaqe desea tener un hijo, cosa que a Laurie le parece una locura. Sin embargo, a pesar de no estar segura, consiente el deseo de su pareja y acuden a la inseminación artificial.

«La niña que jugaba con la muerte» narra la infancia de Kate, la hija de Jaqe y Laurie. Siendo la sobrina de la mísmisima Muerte, Kate puede ver a los muertos caminando por la calle y hablar con ellos. A sus nueve años, Kate se hace amiga de Jimmy (<3 a="" calle.="" de="" div="" el="" horror="" la="" las="" lo="" muerto="" ni="" o="" para="" personas="" por="" que="" se="" un="" ven="" viste="">

Finalmente, «La mujer en la barca» se centra en la vida adulta de Kate como mensajera de la Muerte. Realizando este trabajo es cómo conoce a Melissa, la hija de un artista moribundo, de quien se enamora y con quien tiene un romance.

Madre Noche es una novela que tiene como protagonistas a las mujeres. Este es un hecho que, a mi parecer, no se puede criticar, simplemente puede gustar o no. No olvidemos a Mark, el dueño de la librería donde trabaja Laurie, quien ayudará a la pareja a buscar un donante de esperma para la inseminación artificial. No hay que pedirle a la novela que profundice en personajes innecesariamente... A mí me habría encantado que se profundizara en Jimmy Muerto (su familia, la homofobia que sufría, su muerte... que encontrara un novio muerto —o vivo—), pero, vamos, ¿sería necesario?

Me llamó mucho la atención la crítica de que "todas las protagonistas son lesbianas"... Bueno, eso suele suceder cuando se lee un libro de temática lésbica. Generalmente las mujeres lesbianas se ponen de novias con mujeres lesbianas y es común que tengan amigas lesbianas. Ironías aparte, lo que pasa es que la novela está siendo comercializada como novela de fantasía (con todo el derecho) y este género no tiene una amplia tradición LGBT.

El asunto de que "de una hija lesbiana sale una hija lesbiana" tampoco me parece una crítica válida porque parte del prejuicio de la normalidad. Hijos homosexuales nacen de padres heterosexuales y viceversa, y la homosexualidad no es ninguna enfermedad contagiosa como para ver con malos ojos que de una pareja de mujeres nazca una hija que pueda amar a las mujeres o un hombre que pueda amar a los hombres.

Jaqe tiene que sufrir este prejuicio por parte de su familia, quienes nunca terminan de aceptar la sexualidad de su hija y ni siquiera dejan que Laurie duerma con ella en la misma habitación. Laurie, en cambio, parece tener una familia más abierta, o eso parece.

El amor entre Laurie y Jaqe es descrito con absoluta naturalidad y realismo, sin caer en lo cursi, en lo ensayado, en lo pomposo, con todo lo que una pareja —hetero o gay— debe atravesar: peleas, inseguridades, dudas, escenas íntimas —y picantes— y separaciones dolorosas. Asimismo, los personajes no buscan «agradarle» al lector: son absolutamente humanos, se equivocan, tienen prejuicios, temores y sueños.

Cuando Jaqe queda embarazada, Laurie (quien nunca ha estado convencida de querer agrandar la familia) vive preguntándose si podrá ser una buena madre. La atormenta sentirse inútil cuando Jaqe está débil o enferma y se siente culpable cuando prefiere ir a un bar a tomar algo a quedarse en casa. Me encantó la manera en que Pollack desarrolla esta parte de la historia; me sentí muy identificada con Laurie y creo que cualquier futuro/a padre o madre atraviesa situaciones como esta. Además, el hecho de que sean dos mujeres agrava sus temores y su inseguridad. Cuando tiene que enfrentarse al futuro trágico que Madre Noche ha decidido para ella y Kate, nos sorprende encontramos con un personaje que ha madurado, crecido y, naturalmente, envejecido.

Madre Noche está llena de misterios. Poco a poco, la identidad de la excéntrica mujer que presenta a Laurie y Jaqe en el baile se va revelando y el lector no puede dejar de preguntarse: ¿es Madre Noche, junto con su grupo de motoristas, «la mala» de la historia? Madre Noche es un personaje ambiguo y misterioso, y es difícil calificarla según un espectro de maldad/bondad. Es un ser sobrenatural, no se rige por las normas de los seres humanos y no le agrada ser desafiada. La última parte de la historia, «La mujer en la barca», lo deja bien en claro. Con una evidente intertextualidad con el relato «La muerte madrina», de los Hermanos Grimm, Madre Noche le advierte a Kate que todos sus actos tienen consecuencias y que no es aconsejable ir en contra de lo que los seres superiores han decidido.

Tampoco dejo de leer opiniones que dicen que le quitarían a la novela las dos primera partes. En mi opinión, no siento lo mismo. Y esto es porque estamos demasiado acostumbrados a leer historias lineales y compactas, donde se narra una historia principal rodeada de historias menores. No quiero confundirlos, la historia es lineal, pero cada parte es un todo: tiene un principio, un final, sus protagonistas y su argumento. Este es el motivo por el que, como dije antes, no se puede decidir si Madre Noche es la «villana» de la historia.

Llena de magia y de un profundo simbolismo, adornada con bosques encantados, fantasmas simpáticos y otros un tanto desequilibrados, Madre Noche es una maravillosa novela acerca de la familia, la lucha, el amor y la muerte. Asimismo, es una épica y profunda alegoría acerca del rol de la mujer como fuente de vida. Muy recomendable y, sin lugar a dudas, creo que exige una segunda lectura no solo para comprenderla mejor y atar cabos sueltos, sino también para disfrutar de nuevo de la hermosa historia de amor de Jaqe y Laurie.
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Yo reseño: Bajar es lo peor, de Mariana Enríquez

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Título: Bajar es lo peor
Autor: Mariana Enriquez
Editorial: Espasa Calpe
Año: 1995
ISBN: 950-852-089-23

Texto de contraportada:


—¿Cómo vamos a ir caminando tan cargados de droga,Val? Sos tonto o qué.
Narval no contestó; el tiro de merca le había endurecido las mandíbulas. Pero besó apasionadamente a Facundo en la boca, mientras él, divertido, observaba de reojo cómo los espiaba el taxista por el espejo. A Facundo le encantaba que Narval lo besara en público sin importarle nada; podía besarlo delante de un batallón, no tenía inhibiciones.







Todos se enamoran de Facundo, pero él no ama a nadie. Perturbadoramente hermoso, este misterioso y lúgubre personaje nos arrastra a través de un vertiginoso laberinto de locura, drogas, sexo y la más oscura poesía.

Narval ama a Facundo, pero debe conformarse con tener sexo con él. Hasta la noche en que lo conoció en un boliche gay del centro, una de sus tantas noches ahogadas en alcohol y drogas, Narval no se había fijado jamás en un hombre. ¿Es real ese joven alto y pálido, de pelo negro y ojos grises que es mucho más hermoso que cualquier mujer? ¿O es solo otra alucinación causada por las drogas que Narval consume constantemente? Perdidamente adicto, Narval pasa con Facundo noches de sexo, cigarrillos y cocaína comprada al Negro, su dealer habitual.

Narval vio sus dientes blancos, la piel húmeda, el pelo pegado a la cara, la ropa negra que se ajustaba al cuerpo, y lo arrinconó contra la pared, tomándolo furiosamente de la cintura, diciendo casi con odio: "sos el hijo de puta más hermoso que vi en mi vida". (p. 27).


Luis Armendáriz ama a Facundo, pero debe conformarse con tener sexo con él. Adinerado y padre de familia, Armendáriz es quien provee a Facundo del dinero que usa para vivir y quien paga los gastos del departamento donde vive.

Carolina ama (¿o amaba?) a Facundo, pero debió conformarse con tener sexo con él. Horrorizada al enterarse de que su novio se acostaba con hombres (y algunas mujeres) por dinero, le pidió que la llevara con él para comprobar con sus propios ojos lo que ya sabía: Facundo es un ser frío que aparenta no tener sentimientos y en medio del sexo no es más que un personaje que lleva a cabo un papel, sin importar quien sea su amante.

Pero Facundo, a pesar de lo que los demás vean en él, es un torbellino de sentimientos confusos: lo abruma la soledad y, por sobre todas las cosas, lo atormentan el miedo y los recuerdos de su madre desequilibrada —para quien era un ser desagradable e indeseable— y de Lautaro, el hombre que lo rescató de la calle y le dio un hogar en el boliche de La Diabla.

Bajar es lo peor es una desgarradora novela que retrata en detalle la vida que llevan algunos jóvenes que se dedican a la prostitución. Atrapados por las adicciones y sus demonios personales, no logran ver más alla del presente y el futuro se les aparece como un fantasma oscuro y aterrador. Los días de Narval y Facundo son todos iguales: marihuana, picos, rayas de cocaína, cerveza, cigarrillos y sexo. En este ir y venir por las calles de Buenos Aires —el subte C, La torre de los ingleses en Retiro, el Riachuelo— los personajes deambulan por su propio infierno privado, en una búsqueda inútil de algo que les dé sentido a sus vidas.

Me encantan este tipo de historias. Esta novela me recordó mucho a Menfis, mi primera novela publicada, por el contraste real-fantasía de las escenas de los "viajes". Narval tiene alucinaciones: el hombre que tiene agujeros en vez de ojos, el hombre de las arañas y una mujer zombie lo siguen allá a donde vaya... y en algunas ocasiones tienen sexo con él. Es muy interesante este aspecto de la narración, porque al principio de la novela, cuando todavía no había aparecido Facundo, yo pensé que Narval 1) padecía algún tipo de esquizofrenia o 2) sus alucinaciones son causadas por las drogas. Quizá estas dos hipótesis no sean excluyentes, porque muchas personas que padecen enfermedades mentales y no reciben atención médica profesional caen en las adicciones para intentar ahogar su enfermedad.

Pero cuando apareció Facundo, este personaje magnético, brutalmente hermoso y casi diría, mágico, se sumó una tercera (o segunda hipótesis): las alucinaciones son causadas por la influencia de Facundo. Como sea, las novelas admiten muchas lecturas y ninguna es más "correcta" que otra. Solo quería comentar eso; me fascinan estas novelas tan góticas, oscuras, que nos arrastran hasta lo más bajo, lo prohibido y lo patético.

Yo reseño: La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin

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La mano izquierda de la oscuridad
La mano izquierda de la oscuridad
Ursula K. Le Guin
Título original: The Left Hand of Darkness
Trad. Francisco Abelenda
Minotauro, 2002










La luz es la mano izquierda de la oscuridad,
y la oscuridad es la mano derecha de la luz.
Las dos son una, vida y muerte,
juntas como amantes en kémmer, como manos unidas,
como el término y el camino.


El planeta Gueden atraviesa una era glacial y está sumergido en un invierno permanente. Por eso los terrícolas decidieron llamarlo simplemente "Invierno". Sin embargo, los guedenianos se han adaptado a las inclemencias del clima y no padecen el frío tanto como Genly Ai, terrícola Enviado del Ecumen, una liga interplanetaria pacífica que busca adherir al planeta Gueden al dominio ecuménico. A pesar de llegar a Gueden en son de paz y absolutamente solo (porque un extranjero es una rareza, pero dos serían una invasión), las cosas no le serán fáciles a Genly Ai. En medio de conflictos políticos entre Karhide y Orgoreyn (los principales países de Gueden), numerosas traiciones, y sintiéndose un extraño ante los ojos de los guedenianos, deberá pasar meses en una granja de trabajos forzados y atravesar lluvias, glaciares y tormentas de nieve para finalmente lograr su objetivo.

Los guedenianos son seres singulares y, asimismo, Ai lo es para los nativos de Gueden. Los guedenianos son seres hermafroditas que una vez al mes atraviesan un período de celo denominado kémmer, en el cual se encuentran sexualmente activos. Durante el kémmer, un guedeniano se desarrolla como macho o hembra sin posibilidad alguna de elegir. De esta manera, puede ser hembra o macho en diferentes kémmer, pero no puede cambiar su sexo durante el período. Así, un mismo guedeniano puede ser padre o madre: puede quedar embarazado y tener hijos en la carne, o tener hijos del kémmer. Fuera del kémmer, etapa llamada sómer, el guedeniano es un ser completamente andrógino sin deseo sexual.

La novela se estructura mediante dos narradores: Genly Ai, el Enviado; el guedeniano Estraven, primer ministro exiliado de Karhide por traición; y diferentes relatos y leyendas de Gueden. Así, Los primeros terrícolas en descender en Gueden/Invierno cuentan en sus notas que el ciclo sómer/kemmer les parece degradante, sin sospechar que ellos mismos, seres que se encuentran siempre en kémmer, son igual de monstruosos para los guedenianos. Este miedo a lo diferente, a lo extraño (porque lo diferente resulta amenazante ya que no se comprende) es lo que arrastra a Genly al exilio y a estar al borde de la muerte en varias ocasiones: para los políticos de Orgoreyn, este terrícola no es más que un espía de Karhide y un perverso, un ser que sufre una prolongación excesiva del período de kémmer, acompañada por un desequilibrio hormonal permanente hacia lo masculino o lo femenino, quienes, si bien no son excluidos de la sociedad, son tratados con cierto desdén (p. 39).

Ursula K. Le Guin, de padre antrópologo y tempranamente interesada en los mitos y leyendas de los pueblos, construye mediante la metáfora de este pueblo ubicado a miles de años luz de la Tierra, un debate acerca de nuestra propia sexualidad. Los guedenianos poseen una etapa sin deseo sexual y una etapa con deseo sexual: el impulso sexual es de un tremendo poder en esta fase y domina el conjunto de la personalidad, imponiéndose a todas las otras necesidades instintivas (p. 56); al finalizar el kémmer, el deseo se extingue por completo y no se "acumula". Por lo tanto, Ai afirma que en la sociedad guedeniana no existe frustración sexual: se habla del sexo con naturalidad, se mantienen relaciones sexuales (existen casas públicas de kémmer), pero la mayoría del tiempo los guedenianos son seres asexuales. Así lo explica Ong Tot Oppong, Investigador del primer descenso ecuménico en Gueden:

El fenómeno kémmer, por supuesto, nos fascina ( ... ) pero gobierna a los guedenianos, los domina. La estructura social, la administración de las industrias, la agricultura y el comercio, las dimensiones de las casas, los temas literarios, todo se ordena con el fin de acomodarse al ciclo sómer-kémmer.
Todas las gentes tienen un día libre una vez al mes; nadie, cualquiera sea el puesto que ocupe, está obligado a trabajar cuando se encuentra en kémmer. Nadie tiene vedado el acceso a la casa de kémmer por más pobre o desconocido que sea. Todo cede ante esa tormenta recurrente, esa fiesta de la pasión. Esto podemos entenderlo con facilidad. Lo que no parece nada fácil de entender es que en tres cuartas partes del tiempo no hay en esa gente ningún signo de demostración sexual. Se da mucho espacio al sexo, realmente, pero un espacio de algún modo separado, aparte. La sociedad de Gueden, en su funcionamiento y continuidad cotidianos, no tiene sexo.



Estas notas son de una importancia crucial para que podamos comprender a la sociedad guedeniana. Pero, de alguna forma, Genly Ai olvida lo que su antecesor le advirtió: recordar siempre que en la sociedad de Gueden no existen las dualidades hombre/mujer, virilidad/femineidad, activo/pasivo, débil/fuerte, ni las normas sociales que estas imponen en el resto de las sociedades. Esto resulta inevitable: Genly Ai es un hombre, fue criado como un hombre, y la fisonomía de los guedenianos tampoco ayuda demasiado: son andróginos la mayor parte del tiempo, pero similares a los hombres, y hay que tener en cuenta que la anatomía masculina es, de alguna manera, más "genérica" que la femenina. De esta manera, el mensaje de Ai nos llega condicionado por su propio lenguaje: inevitablemente, llama a Estraven "él" (he), utilizando el pronombre personal masculino. El lenguaje es la cristalización del mundo en que vivimos y los hablantes de diferentes lenguas no viven en el mismo mundo con etiquetas adosadas, sino que viven en mundos diferentes (Werner: 2001). Esta sencilla afirmación, utilizada para relacionar las lenguas humanas, se vuelve evidente cuando Genly Ai le manifiesta a Estraven su sorpresa por que no posean aviones: como en Gueden no existen animales ni insectos voladores, su lengua no tiene ninguna palabra que signifique "volar" y el vocablo más aproximado es "deslizar".

Genly Ai se sorprende de que en Gueden no existan guerras y lo atribuye a la falta de energía sexual y virilidad de los guedenianos durante su etapa sómer (en un mundo donde la concepción del "nosotros" no esté condicionada por la división entre sexos no podrían desarrollarse sentimientos como el patriotismo o el nacionalismo). En los guedenianos no es posible la sublimación, es decir, no existe energía sexual para desviar en otras actividades, por eso los guedenianos no están obligados a trabajar cuando están en kémmer, su mundo está ordenado en sexo y no-sexo, no desordenado como el nuestro.

Sin embargo, a pesar de esta constante falta de pasión (en contraste con la gelidez del planeta), podría plantearse el interrogante de si el instinto sexual de los guedenianos solo tiene como objetivo la perpetuación de la especie o si coexiste con la búsqueda de la satisfacción sexual. La novela evidencia que sí, aunque los matrimonios monógamos no tengan estatus legal. Asimismo, el sexo y la seducción son utilizados como chantaje, como le sucede a Estraven, signo de que, a pesar de las diferencias físicas, la naturaleza del acto sexual no es de ninguna manera, diferente.

Cuando Ai se ve obligado a huir junto con Estraven a través de los gélidos desiertos del norte, comprende por fin que las diferencias no son realmente relevantes: su relación (y estar junto a él cuando entra en kémmer, aunque sin contacto sexual) le hace pensar que llegará el momento en que la unión sexual entre un terrícola y un guedeniano será posible:

Supongo que un día se descubrirá que el contacto sexual es posible entre los guedenianos de doble sexo y los hainis humanos normales de sexos divididos, aunque ese contacto será necesariamente estéril. Habrá que probarlo. Estraven y yo no probamos nada excepto quizá un punto bastante sutil. ( ... ) Un amor profundo entre dos personas incluye, al fin y al cabo, el poder y la posibilidad de causar un daño profundo. Nunca se me hubiese ocurrido antes de esa noche que yo pudiera lastimar a Estraven.


En este pensamiento hallamos simplemente el deseo de Ai de que sus razas se hagan aliadas, que sea posible la amistad que se dio entre él y Estraven. En este pensamiento hallamos, quizá, el deseo de Ai de amar a Estraven, de que los terrícolas y los guedenianos puedan amarse a pesar de sus diferencias. Tal vez, cuando Genly piensa esto, olvida las terribles palabras del rey de Karhide: no veo por qué los seres humanos del planeta [Gueden] desearían o tolerarían alguna clase de relación con criaturas tan monstruosamente distintas.

Yo reseño: Loma Hermosa, de Ioshua

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Conocí a Ioshua en un Festival contra la despatologización de las identidades TRANS que se llevó a cabo en 2014, una semana antes de la Marcha del orgullo LGBT. Yo no lo conocía y, de entre todos los libros que vendía, me quedé con Loma Hermosa. Ioshua falleció en 2016 y dejó una obra vastísima. Mucho del material se puede leer en la red.




Título: Loma Hermosa
Autor: Ioshua
Editorial Nulu Bonsai

Fragmento de "Los puto":

-Dale loco. Amor, arriba. Activala. Acordate que tu primo Ariel ya lo largaron. Apuralo a que te devuelva la guita que le prestamos para su jermu. Y decile que no se haga el gil con vos, que sos el primo y le salvamos a la puta esa ( ... ) bueno, amor, te dejo 30 pesos. Me llevo los puchos. Después nos vemos. Sabés que te amo, guachín.


Hace un par de meses salió en el diario Clarín una nota que alaba lo gay friendly que se está volviendo Mar del Plata, una ciudad balnearia de la costa argentina. Esta nota caracteriza a los gays y lesbianas como personas de buen poder adquisitivo, que no tienen hijos, que visten siempre a la moda y escuchan música electrónica.


¿Cómo es eso de que los gays tienen buen poder adquisitivo?

Esto hizo que de repente me acordara de la historia que voy a reseñar hoy, "Los puto" de un autor argentino llamado Ioshua, relato perteneciente a su libro Loma Hermosa.


Loma Hermosa es una localidad que comparten los partidos de General San Martín y Tres de Febrero, en la zona noroeste del Gran Buenos Aires, Argentina; entre el "Camino de Cintura" y la ruta 8. Unida por las localidades de José León Suárez, Billinghurst y Barrio Parque General San Martín (General San Martín), Villa Bosch, Pablo Podestá, El Libertador y Remedios de Escalada (Tres de Febrero).
Fuente: Wikipedia


En este lugar, en Loma Hermosa, viven los protagonistas de "Los puto": el narrador protagonista que nunca nos dice su nombre y Pablo, su pareja.

Como deben saber, en Argentina se aprobó el pasado jueves 15 de julio la ley de matrimonio igualitario, que permite que dos personas homosexuales contraigan matrimonio (en contraste con la llamada "unión civil" que solo era legal en la Capital Federal). A partir de este momento comenzaron a surgir nuevos negocios exclusivamente orientados hacia la comunidad homosexual: wedding planners, servicios de fotografía y video para este tipo de eventos, hoteles, restaurantes, agencias de viajes. Hay sentimientos encontrados con este nuevo mercantilismo, porque muches sostienen que no fomenta la igualdad, sino la exclusión y la división de lo que es heterosexual y lo que es homosexual, separación que no tiene por qué existir. Y, por supuesto, ¿para quiénes pueden estar definidos estos servicios sino para gente que puede pagar por ellos?

Y dudo mucho que Pablo y el narrador-protagonista de "Los puto" tengan dinero para pagar un wedding planner que organice su boda. En realidad, dudo mucho que esta pareja tan particular tenga en mente casarse o viajar en un crucero gay.

La historia transcurre en un único día, y el protagonista, poco a poco, nos va relatando todos los aspectos de su vida: su pasado, su presente y el futuro que se imagina cuando ve a Pablo mirar a Pini, el hijo de cuatro años de María, hermana de Pablo:

Pablo sería el mejor padre del mundo. Si alguna vez, por esas cosas de la vida, él o yo tuviéramos un hijo con alguna minita... sin dudarlo yo quisiera que Pablo críe como todo un hombre a mi hijito y estar siempre para verlos.
Nunca pensé en ver a un hombre y creer que sería un buen padre... pero yo sé, con todo mi pecho, que Pablo sería el mejor padre del mundo para mi hijito.
Ni él ni yo tuvimos la fortuna de un padre decente... (P. 259)


Este detalle de "Los puto" me recordó mucho a la novela de José María Gómez, llamada Los putos (aunque, en mi opinión, el título le va mucho mejor al relato de Ioshua): los personajes de ambas historias tienen en común la falta de la figura paterna.

"Los puto" comienza por la mañana, cuando el protagonista y Pablo despiertan. El protagonista recuerda haber oído en sus sueños sonidos de disparos. Más tarde, una chica del barrio, la Gaby, le da la noticia: Yago, su primer amante de la niñez y la adolescencia, está muerto.

GABY: -Boludo (sic.), anoche la gorra los corrió al Yago y al Pichón. Los giles pusieron caño a una Rhasa y saltó la custodia y los bobos encararon pa'cá. Cualquiera. Los venían siguiendo desde Moreno. Los agarraron allá atrás, por lo de la Romi, en el pasillo que da al pavimento. El Yago se quiso hacer el loco y lo bajaron con 2 (sic.) corchazos... (P. 9)


Lo que Gaby dice es, simplemente, que Yago fue asesinado por la policía luego de que intentara asaltar una estación de servicio de la firma Rhasa. Lamentablemente, este tipo de sucesos son moneda corriente en las zonas de Buenos Aires donde hay más delincuencia. Hace dos semanas un joven fue asesinado en Baradero por un efectivo de la Policía Bonaerense, por intentar escapar de un control de rutina: los tres muchachos estaban en una plaza y uno de ellos, Lucas, no tenía los papeles de su moto en regla. Al ver los policías acercarse, intentó escapar y uno le disparó por la espalda y lo asesinó. Lucas no era un delincuente como sí lo era Yago, pero en manos de un policía encontró la muerte.

Todos los relatos de Loma Hermosa ("Los puto", "El rengo", "Me muero por chuparte la pija") están escritos en español rioplatense y colmados de palabras del lunfardo y de la jerga de las zonas marginales. Pablo no está desnudo, está en bolas; no fuman cigarrillos, fuman puchos; Yago no tiene un par de tiros en la pierna, los tiene en la gamba.

En la nota de Clarín que mencioné antes, leemos:

El dress code los delata [a los gays y lesbianas]: mucho color o blanco pleno, gafas oscuras de última moda, música electrónica europea y bronceado total.
Completamente opuestos al estereotipo que presenta esta nota, vemos al protagonista y a su novio, Pablo:

Nos levantamos. Mientras Pablo se entra a bañar yo hago café y me vuelvo a la cama y me quedo re colgado escuchando la música del rancho de al lado, "...mi chico de los ojos café..." de Gilda a todo volumen, claro. Ja! (sic.) A veces me alegro que a Doña Paz le guste tanto Gilda. (P. 8)


[Pablo] Me da un beso en la boca y lo veo salir con ese lompa Adidas que tanto me calienta cómo le marcan el orto.



Más tarde, el protagonista va a la casa de su cuñado a buscar el dinero de un préstamo y luego se dirige al hospital a visitar a Pini, el sobrino de Pablo, que está internado por culpa de un tumor en la cabeza. La hermana de Pablo, María, tuvo a su hijo a los quince años con un hombre llamado Javier, que no se hizo cargo de su hijo. La historia también nos muestra este lado de la realidad heterosexual en las zonas marginales: los embarazos adolescentes debido a la falta de educación sexual, tanto de parte de la familia como de las instituciones educativas.

La homosexualidad en Loma Hermosa, y más aún la palabra puto, es una blasfemia. Por eso, cuando Yago tenía relaciones sexuales con el protagonista, siempre le decía que debían hacerlo como hombres y no como putos, como si la homosexualidad no fuera compatible con la virilidad, uno de los peores prejuicios que sufren los hombres gays.

Finalmente, cuando el protagonista va al lugar donde están velando a Yago, le dice con la mente que, a pesar de estar muerto, sigue viéndose hermoso, y recuerda todo lo que hacían cuando eran chicos: cigarrillos, marihuana, pegamento, sexo oral, sexo anal, pajas. Le dice que, si bien no lo ama, siente algo raro por él:

No sé... como que te extraño o capaz voy a llorar. Pero quedate piola, sabés que no voy a hacerlo como maricona niaí. ( ... ) te lloraría como un macho posta. Como siempre lo hicimos antes. Y tanto así fue que, fijate loco, nadie nunca se animó a decirnos PUTOS. (P. 43)

Yo reseño: Enemigo mío, de Barry B. Longyear (mpreg)

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Pedí recomendaciones de historias con mpreg en mi Facebook y esta novela corta fue la que más llamó mi atención. Cuando leí que había ganado los premios Hugo y Nébula, supe que estaba ante algo que valía la pena. ¡Y no me equivoqué!

En Enemigo mío no vamos a encontrar escenas de acción, ni guerras intergalácticas, sino una historia intimista y personal. 

Los humanos están continuamente en guerra contra los dracs en pos de la colonización del universo. Los dracs son seres antropomorfos de color verde, ojos amarillos, manos con tres dedos y... hermafroditas. Sí. Para mofa de los humanos, a los que solo se les enseña a asesinarlos, los dracs pueden autofecundarse.

Willis Davidge es un piloto de guerra que se ve obligado a aterrizar en un planeta desconocido junto a un drac, Jeriba Shigan. El comienzo de la novela nos sorprende en medio de una batalla cuerpo a cuerpo: Davidge enfrentándose contra Shigan... sin embargo, pronto el lector advierte que tal batalla no es tal...

Lentamente, Davidge y Jerry (así ha decidido el humano llamar a su compañero de naufragio) van conociéndose y aprendiendo sus respectivas culturas. Jerry le recita toda su genealogía y Davidge se sorprende al ver que su nuevo amigo se sabe de memoria la historia de su linaje, que abarca más de cien generaciones de dracs. Davidge apenas sabe que su abuelo se dedica a la agricultura.

Enemigo mío es una novela que trata acerca de la amistad, esa amistad tan profunda que se funde con el amor, y de las fobias que padecemos las personas. El odio sin sentido que se profesa hacia un grupo cultural, una religión o una etnia, simplemente porque nos resulta ajena, desconocida o incomprensible. En este caso, los habitantes del planeta Draco, del que los humanos saben poco y nada.

Sin embargo, en la novela no hay un bien ni un mal. Ni los dracs son las víctimas ni los humanos los victimarios. Ni viceversa. El odio infundado es mutuo... y Davidge, luego de ser rescatado, deberá enfrentarlo en carne propia: para los humanos, él se ha convertido en un «amante de los reptiles» tan repugnante como los mismos dracs. Y por eso, se siente un extraño en su propio país, en su propio mundo.

A la deriva, Davidge decidirá ir en busca de un mundo para sí mismo.

Les recomiendo mucho esta novela corta, incluso si nunca les llamó la atención el mpreg. Es sencillamente hermosa. Y tiene película, que voy a ver en un ratito :)

Cuento: Hombre terrenal

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Hoy me casé con el mejor amigo del hombre que amo. Ese hombre que amo desde hace casi quince años, que amé desde el primer momento en que lo vi. Lo conocí en un boliche, una noche de viernes. Hubo onda, o al menos eso creí cuando salimos juntos y comenzamos a caminar por Santa Fe, hombro con hombro. Me enamoré a primera vista, me flasheó. Le pedí el whatsapp.
Y no era un hombre (un chico) atractivo. Era alto y demasiado flaco, con demasiados granos en la cara y demasiado mal vestido. Pero me gustaba. Demasiado. Esa atracción que sentía por él (y que sigo sintiendo) va más allá de lo físico, de lo que se ve en la superficie.
Salimos el fin de semana siguiente: paseamos por Palermo, compramos un par de baratijas en la feria, tomamos una cerveza en un bar. Hablamos de nosotros, de nuestros gustos, de nuestras carreras. De nuestros sueños. Era un chico tan soñador… y yo era tan terrenal. Él quería ser famoso con su música y viajar. Yo quería recibirme de diseñador y tener mi propio local de ropa en una galería del centro.
Pero éramos el uno para el otro, ¿no se daba cuenta?
Cuando nos despedimos en el andén del tren rumbo a Florida, nos dimos un breve abrazo y casi nos besamos. No recuerdo si fue él quien se apartó. Tal vez fui yo. El caso es que no hubo beso. Pero ¡casi! ¡Seguramente nos besaríamos la próxima vez!
Y con ese pensamiento flotándome en la cabeza volví a mi casa, aquella noche. Ese chico ya era mío. ¡Y era tan lindo, tan agradable! ¿A dónde lo llevaría cuando fuéramos novios? Hasta podríamos irnos de vacaciones a la playa o a la montaña…
Me arrojé de cabeza a la cama, feliz… Hacía tanto tiempo que no me sentía tan bien. Puse música: sonaba Katy Perry, Dressin’ Up. Qué oportuno, pensé girándome… I’m dressin’ up for you.
Entonces, me llegó un whatsapp. Era él: ¿Le puedo pasar tu núm a mi amigo que te conté?
Me largué a llorar.
Y con ese hombre, ese amigo, me casé hoy.
Mi marido es un hombre alto y fornido, y tiene la sonrisa más hermosa del mundo. Por él siento un cariño profundo y casi doloroso. Me duele no poder amarlo. Es atento, dulce y se acuerda de nuestros aniversarios. Todos los viernes, cuando llega del sanatorio, me trae un chocolate. Deja que me coma las aceitunas de la pizza. Me abraza cuando estoy triste y no deja de hacerme chistes hasta arrancarme una sonrisa.
¿Qué hubiera pasado si aquella noche hubiera besado al hombre que amo?
No habría conocido a mi marido.
No estaría acá, en esta cama, pensando nada de esto.
Oigo los latidos de su pecho, el silbido de su respiración, siento el calor de su cuerpo sobre mi piel.
¿Por qué me casé?
Porque, a pesar de todo, soy un hombre terrenal.
El hombre que amo ya tiene cuarenta años y sigue buscando a su media naranja: dice que lo reconocerá en cuanto lo vea.
Y le creo, porque a mí me pasó lo mismo.

Yo reseño: Diez variaciones sobre el amor, de Teresa Mira de Echeverría

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14,5 x 20,5 cm, 274 páginas
ISBN 978-987-45840-1-4
Colección Grupal – Libro 4
 Ediciones Ayarmanot, 2015. Cuentos * incluye "Spider", escrito con Guillermo Echeverría, grabados de Inés Saubidet y prólogo de Cristina Jurado.

 En DIEZ VARIACIONES SOBRE EL AMOR, la idea del amor con sus muchos nombres, en sus múltiples formas, es el hilo conductor. Los cuentos que componen este libro están repletos de detalles y de los planteos más genuinos de la ciencia ficción, son construcción y reconstrucción, trabajo amoroso, un fluir en busca de lo desconocido, lo desconocido en el universo y lo desconocido dentro de nosotros mismos. 

“Varios de estos relatos indagan sobre el amor inter-especies. En “Pterhumano”, por ejemplo, resuenan algunas de las referencias que impregnan la bibliografía de la autora: me refiero a la influencia recurrente de China Miéville, de sus paisajes urbanos y orgánicos, repletos de criaturas variadas, inmersas en profundos conflictos personales.” (Prólogo de Cristina Jurado) 

Teresa Mira de Echeverría nació en Pilar en 1971. Es Escritora y Doctora en Filosofía, trabaja como docente universitaria e investiga acerca de la relación entre ciencia ficción, filosofía y mitología. Es una de los fundadores del taller literario “Los clanes de luna Dickeana”. Cuentos suyos han sido premiados y han aparecido en revistas y antologías argentinas y extranjeras. Este es su primer libro de cuentos. 

***

En primer lugar, le agradezco muchísimo a Laura Ponce, editora de Ediciones Ayarmanot, por haberme acercado a este libro. Y no es un agradecimiento por cordialidad. Es un agradecimiento genuino. 

Diez variaciones sobre el amor es una recopilación de diez cuentos que reescriben lo que definimos como relaciones amorosas. Relaciones de pareja, relaciones familiares, amistad. Son cuentos que atraviesan esas estructuras que tenemos instaladas por defecto al ser parte de una cultura X, en nuestro caso (occidentales) monogámica y heterosexual. Y que tanta tinta y sangre cuesta criticar, contradecir y transgredir, desde todos los planos. 

Humanos y pterhumanos desafían la endogamia en "Pterhumano", plantándoles cara a quienes tachan sus relaciones de zoofilia. Las fronteras de los lazos familiares que conocemos y aceptamos (o que nos son aceptables) se difuminan en "Otoño". Algo similar ocurre en "La poética de las sirenas", el primer cuento del libro y el que elegí para esta reseña, ya que, bueno, este es un blog de temática LGBTI.

Eleazar Rickman es un poeta genético: sus poemas no son de tinta y papel. Sus poemas genéticos caminan o se deslizan a su lado, son de carne y hueso; tienen ojos, bocas, dedos y hasta sentimientos. Ada Blenders es una mujer-poema, obra del maestro de Eleazar, Sir Károly Vázquez.

El relato se divide en dos partes. La primera, introductoria, nos presenta a Eleazar y a Ada. La segunda, se centra exclusivamente en el hijo de ambos: Connelly Franz Rickman-Blenders y Vázquez. Tal vez contar esto incurra en dar un spoiler, pero no podría hacer esta reseña sin hablar de Connelly. 

Connelly es un tritón y es una combinación de los rasgos y características más fuertes de sus progenitores. Acerca de sí mismo, dice:

Soy cautivante y embelesador como mi padre, por eso soy un hombre sirena. 
Soy bello pero “raro”, como mi madre, porque soy una poesía hija de otra poesía.
( ... ) por mis venas corre la sangre de Sir Vázquez. Lo que, hablando estrictamente en términos genéticos, me convierte en el hijo de dos varones humanos. Y, hablando poéticamente, en el vástago de un varón humano y una poesía fémina.»
  
Como ocurre con las sineras mitológicas, Connelly no puede emitir palabra sin que eso suponga un riesgo. Por ese motivo, solo puede comunicarse con sus padres y con las demás personas a través de un pad, una tableta. 




Y como todo joven, Connelly está en busca de su identidad. Sus padres no podrán hacer otra cosa más que aceptar sus decisiones y apoyarlo, con todo el miedo que les significa; y dejar que, tal vez, se equivoque. Lo que ocurre en todas las familias cuando un joven decide «volar del nido». En este caso, Connelly lo hará acompañado.

Porque este relato, de la misma forma que "Pterhumano", trata de la familia y las relaciones entre las personas. Que los personajes no sean 'seres humanos' es accesorio. En una historia donde los poemas caminan y respiran,  lo mundano y lo cotidiano, gracias a la sensorial y acariciante prosa de  su autora,  adquieren otros colores. Se vuelven, de alguna forma, mágicos.

La primera vez que leí este cuento acabé llorando a mares. En Facebook contaba que sí, que he llorado leyendo, pero que siempre fue por tristeza. Jamás había sido porque algo fuera tan pero tan hermoso. Elijan muy bien el momento para leer este relato. Silencio, un sitio tranquilo, una copa de vino. Hasta les diría que prendan una vela perfumada.

De nuevo, muchas gracias a Laura y, por supuesto, a Teresa.

En el sitio de Ediciones Ayarmanot pueden acceder a los puntos de venta dode pueden conseguir el libro. Pueden leer online "La póetica de las sirenas" en Revista Axxón.

Una canción para acompañar la lectura: 

Yo reseño: Deja escapar a los lobos, de Carol Rifka Brunt

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Título: Deja escapar a los lobos
Autora:  Carol Rifka Brunt
Edición: 1ª Edición: Octubre 2014
ISBN: 9788415893301
Editorial: Maeva

Sinopsis:

Solo existe una persona con la que June, una chica tímida e introvertidade catorce años, se ha sentido verdaderamente unida: su tío Finn, un pintor excepcional. Distanciada de Greta, su hermana mayor, y de sus padres, demasiado volcados en sus respectivos trabajos, solo se siente ella misma en compañía de su tío. 

Finn es su confidente, su padrino, su mejor amigo. Cuando fallece tras una larga enfermedad, de la que su madre le cuenta muy poco, su mundo se derrumba. Pocos días después recibe un extraño paquete con la tetera favorita de Finn, acompañada de una nota firmada por Toby, un supuesto amigo de su tío a quien su familia rehúye. 

Toby le pide, siguiendo el último deseo de Finn, que se reúnan en secreto. Este encuentro supondrá el inicio de una amistad inesperada pero auténtica, en la que June encontrará el apoyo que necesita y aprenderá a hacerse mayor.

***

Esta novela se ha transformado en mi segunda novela juvenil favorita (la primera es Dos chicos besándose, de David Levithan). Curiosamente, por reseñas que leí, creo que es una novela que los adultos valoran y disfrutan más que los adolescentes porque es una novela realista y de una profundidad que exige cierta madurez.

Voy a empezar esta reseña diciendo que es una novela preciosa y triste. Es una de esas historias cuyo final está escrito desde el principio y resulta inexorablemente inevitable. 

El tío de June, Finn, muere por causa del VIH/SIDA (no está explícito en la sinopsis, pero en la novela el lector se entera en el primer párrafo, así que no estoy spoileando). Finn era un pintor muy famoso y talentoso, y antes de morir decidió pintar a sus dos sobrinas, June y Greta. Para esto, las chicas se trasladan junto a su madre, Danielle, desde las afueras de Nueva York (los árboles de la portada representan el lugar donde viven) hasta el centro de la ciudad (los edificios). Cuando lo termina, Finn llama al cuadro Deja escapar a los lobos.

La novela está ambientada en el año 1987. El virus del VIH fue descubierto en el 1983. En el momento en que transcurre la novela, todavía no había comenzado a circular la zidovudina (AZT), que fue el primer antirretroviral. Y a eso hay que sumarle que las formas de transmisión no estaban claras para muchos y alguna gente pensaba que el virus podía transmitirse por un apretón de manos.

June tiene con su tío Finn una relación muy estrecha, ya que él es su padrino. La lleva a museos, escuchan música juntos y le hace obsequios. Cuando Finn muere, June queda devastada. 
Por otro lado, June tiene con Greta, su hermana dos años mayor, una relación un tanto conflictiva. Para June, su hermana simplemente se ha vuelto mala. Para el lector, conforme transcurre la historia, resulta claro que Greta, al ser dos años mayor, tiene un pie en la edad adulta. Y que esto la aterra. 
Por último, los padres de las chicas son contadores y en los meses en que transcurre la novela casi no están en casa: se van temprano y llegan tarde porque tienen que hacer las declaraciones de renta de varios restaurantes. 

June sabe que su tío es gay. Lo que no sabía era que tuviera un amigo especial, tal como dicen sus padres. Ese amigo especial es Toby. June se ríe de lo de amigo especial y se refiere a Toby como lo que es: el novio de su tío Finn. Y el hombre que, supuestamente, le "contagió" (transmitió es la palabra correcta) el virus. 

Toby es inglés y tiene, por los datos que se dan en el libro, entre treinta y treinta y cinco años. Finn debería tener entre cuarenta y cuarenta y cinco. Llevaban juntos diez años y June no sabía nada al respecto. 

Se pregunta por qué...

Y se enoja. Muchísimo. No entiende por qué su tío se lo ocultó y no quiere ni imaginarse que otra persona pudiera conocer, e incluso amar, a Finn tanto como ella. O que Finn amara a otra persona más que ella. A pesar de todo, June accede a encontrarse en secreto con este misterioso hombre que no conoce pero que odia con toda el alma (porque supuestamente es el culpable de la muerte de Finn).

Creo que un claro "síntoma" de la pérdida de la inocencia es el ver a nuestros padres tal como son. Con todos sus defectos. Cuando dejan de ser héroes, cuando dejan de ser perfectos. Y esto es lo que ocurre cuando June conoce a Toby y comprende por qué nunca lo había conocido antes. Por qué siempre la puerta del dormitorio de Finn (y Toby) estaba cerrada. 

Los momentos más hermosos de la novela son esos pequeños instantes en los que June descubre a su tío en Toby. Su aroma, sus gestos, sus pequeños trucos de prestidigitación. Y es que Finn muere apenas comienza la novela y, sin embargo, no deja estar presente en ningún momento. Lo sentimos con nosotros a lo largo de toda la historia.

Pero la tristeza permaneció conmigo. No solo estaba triste por no haber formado parte del mundo de Toby y Finn, sino también porque habían cosas de mi tío que no resultaban ser suyas en absoluto ( ... ). ¿Y si todo lo que admiraba de mi tío provenía en realidad de Toby? Igual había sido Toby el que brillaba a través de Finn todo el tiempo.

Como toda novela realista, no posee héroes ni villanos: todos sus personajes son héroes y villanos a la vez. La madre que no comprende ni intenta comprender a su hija; la madre que le pone un precio en amor al amor; la hermana cuyas acciones contradicen todo el tiempo sus palabras; la niña que hace cosas hirientes sin pensar. Pero la mayor villana de la historia (aunque la palabra le quede grande) es la madre de June. Percibimos su intolerancia desde la primera páginas. 

Comentaba hace un rato que la novela trata de los amores condenados socialmente: el de un hombre por otro hombre (Finn y Toby; homosexualidad); el de una sobrina por su tío (June y Finn; incesto); el de una adolescente por un adulto (June y Toby; pederastia). Pero ojo, no se alarmen. Salvo el de Finn y Toby, que eran pareja, me estoy refiriendo a amores platónicos, amores no carnales. 

Toby tenía razón. Finn fue mi primer amor. Pero él, Toby, fue el segundo. Y aquello poseía una tristeza que se extendía como un gélido riachuelo a lo largo de toda mi vida.

Bueno, ¡de más está decir que les recomiendo mucho esta novela! Espero que se emocionen y la disfruten tanto como yo. Es una historia que llega al corazón. A Argentina la trajó Océano y está publicada en el sello Maeva. Seguramente la podrán encontrar en las grandes librerías sin problema.
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